Al hacer el cálculo de una aplicación de pintura o impermeabilizante hay que considerar varios factores que afectan el rendimiento:
- La densidad y viscosidad del producto utilizado: Si usamos pintura y esta la rebajamos con un poco de agua, la película de material que vamos a dejar después de la aplicación va a ser más delgada que si aplicamos impermeabilizante que es más denso y viscoso.
- La porosidad de la superficie de aplicación: Edificaciones nuevas son conocidas por “chupar” mucha pintura, ya que tienen el poro abierto, después de las primeras capas de pintura, el poro se tapa y los rendimientos de la pintura se incrementan. Una lámina de acero no tiene poro y por tanto va dar mayores rendimientos en la aplicación de pintura/impermeabilizante que un concreto nuevo.
- La rugosidad de la superficie de aplicación: Si vemos una superficie rugosa de cerca, nos daremos cuenta que está formada por pequeños valles y montañas, los cuales, si pudiésemos “estirar”, hasta dejar perfectamente lisa la superficie, harían a la original mucho mayor. Cuando pintamos sucede lo mismo, todas esas irregularidades absorben material adicional y disminuyen los rendimientos.